Practicar la atención plena en marketing

Esto no es un artículo sobre mindfulness, pero lo podría ser.

Nos ocupamos tanto de perfeccionar nuestros productos y servicios -seguro que a ti también te pasa-… que a veces cuesta seguir fijados en ellas y ellos, nuestro público objetivo.

Una constante en nuestra profesión es que para persuadir necesitamos agradar. Sobre todo agradar al cliente final.

¿Quién es el cliente?

El cliente es la persona que usará -esperemos que con satisfacción- nuestro producto o servicio.

En proyectos de comunicación también es el target al que van dirigidos los mensajes y los intentos de persuasión. Esta persona que queremos que responda a nuestro mensaje no es, en muchas ocasiones, la que lo terminará usando.

Según el tipo de proyecto a estas personas las llamamos consumidores, usuarios, clientes, pacientes, colaboradores, etc. El nombre es lo de menos.

¿Por qué atención plena?

Pues porque nos pasa a casi todos que partimos con la mejor de las intenciones… y vamos perdiendo el foco.

Perdemos foco de aquello que más importa: el punto de vista del público objetivo.

Emprendemos un proyecto con la intención de resolver un problema que tiene el cliente o satisfacer una expectativa. Creamos para ello algún tipo de solución ingeniosa y original con la esperanza de que funcione.

Creamos la solución poniéndonos en su piel, analizamos tendencias y estudiamos a esas personas para las que hacemos el proyecto…

Normalmente esto cuesta un gran esfuerzo, pero sabemos que de ahí surgen las verdades, el conocimiento auténtico, lo que llamamos INSIGHT. Que nos ilumina y nos da el chispazo de creatividad para ingeniarnos un modo de solucionarle el problema a ese usuario, consumidor o cliente. 

Decía que empezamos con buena intención y casi 100% centrados en ellos, los jefes -como les llaman en Mercadona-, PERO…

Pero la vamos perdiendo

Poco a poco, a medida que nos complicamos la vida añadiendo atributos a la propuesta de valor, nos vamos centrando más en los trabajos de construirla, ¡totalmente lógicos!… y así vamos alejándonos de la perspectiva de los jefes.

Sin darnos cuenta, pasamos el 100% del tiempo con la mente puesta en qué construir y cómo presentarlo… y mantenemos escasa atención en cómo lo siente la usuaria. 

Por eso decimos que cuesta mantener la atención en los usuarios. Porque cuesta.

Porque en nuestro afán por hacer realidad la idea nos vamos enamorando del producto al que damos forma con tanto esfuerzo… Es inevitable que eso pase.

Si te paras a pensarlo un momento, reconocerás que lo has visto cientos de veces:

El producto acapara toda la atención.

Y no.

La atención necesita estar en las personas que lo usarán.

O no lo usarán.

Una manera de no perder el foco en el usuario es trabajar con pequeños retos.

Nosotras incorporamos activadores de esta atención en las herramientas que usamos. Por ejemplo, empezamos los trabajos en cada una de las piezas de prepublicidad con un análisis del público objetivo. Las personas target, lo primero. ¡Foco!

Por darte más referencias, puedes aprender sobre la relevancia del punto de vista del público objetivo con las charlas y artículos de TRICIA WANG, precursora del uso de etnografía para analizar mercados, que expone temas como «Why Big Data Needs Thick Data». 

 
 
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